Durante ésta pandemia del COVID-19 hemos recibido felicitaciones y admiración, incluso sorpresa de personas de distintas partes del mundo por nuestro extraordinario desempeño en la lucha contra ese maléfico virus. Con resultados hasta ahora de muertes de los más bajos en el mundo, superando la eficiencia de países que desde siempre se han considerado desarrollados, modernos y superiores. Con ésto no quiero decir que seamos mejores, tampoco quiero tocar el tema polémico en cuanto al origen del virus de que fué parte de un plan de guerra biológica o un plan entre gobiernos, porque mi motivación en éste artículo es resaltar la manera en que la mayoría del pueblo venezolano en todos los ámbitos y niveles han manejado la situación.
Las cosas que quiero resaltar y que me llena de orgullo han sido las siguientes:
- La rápida respuesta que le dieron a los casos de contagiados, moviendo toda una maquinaria bien organizada entre gobierno y comunidad para neutralizar lo más que se pueda la cadena de contagio. Mostramos verdadero civismo y rapidez en la atención a la urgencia. Cosa que no veíamos en trámites varios en instituciones del gobierno, como solicitudes de pasaporte, por ejemplo.
- La gran organización y respeto por las jerarquías organizativas para trabajar de manera organizada, disciplinada y efectiva. Cosa que no se veía en muchas instituciones gubernamentales donde muchos funcionarios pasaban por encima de las autoridades y no había castigo alguno por eso.
- El respeto a la orden de quedarse en casa y respetar la cuarentena, usar el tapabocas, la higiene adecuada para prevenir el virus, entre otras medidas ordenadas por el ejecutivo nacional para frenar lo más posible la cadena de contagio del virus. Cosa que tampoco se veía mucho en el país, donde el irrespeto por la autoridad y el incumplimiento de las leyes están a la orden del día. Una sensación de vivir en la tierra sin ley donde cada quien hacía lo que le da la gana sin consecuencia alguna.
Son tantas cosas que pudiera mencionar, como la anticipación al peligro y tomar medidas incluso drásticas y a tiempo para frenar los daños, porque en Venezuela desde mucho antes del primer infectado ya se habían tomado medidas drásticas ante la pandemia COVID-19.
La cuestión es que los venezolanos siempre fuimos así. No es que ahora somos así debido a la pandemia, siempre hemos tenido esas cualidades en nosotros. Lo que pasa es, que cuando realmente nos interesa hacer las cosas bien y lograr los objetivos de manera efectiva y eficaz, lo logramos, lo podemos lograr. Lástima que sólo sacamos lo mejor de esas cualidades cuando estamos en emergencia o cuando hay verdadero interés para hacer bien las cosas.
Imagínate si toda esas capacidades mostradas durante ésta pandemia sea aplicada para el resto de las cosas como la construcción de nuestra economía, desarrollar nuestra propia tecnología, producir nuestro propio alimento, organizarnos para que los servicios y entes funcionen, tener mejor comportamiento civil en las calles, reducción de corrupción y robos, etc. Pero, con tanta gente mala es imposible que se logren esas cosas porque siempre habrán personas que buscará justificarse diciendo que las maldades que hacen es por culpa del gobierno o de Dios. Si muchos siguen sin responsabilizarse por sus actos y no hay consecuencia, dudo mucho que logremos avanzar. Porque, muchas personas sin conciencia en todas partes, en las calles, en las instituciones, en los mercados, en el gobierno, en las iglesias, en todas partes y uno no puede esperar menos que el desastre. Por eso creo firmemente que gran parte de la razón por la que un país anda mal es la gente. Unos dicen que los gobiernos, pero mi pregunta es ¿acaso no son gente de ese país los que están en los gobiernos? Por eso, si uno esta lleno de mierda como ciudadano, no importa donde esté, voy a ser tóxica. Es la gente quien hace la diferencia.
Deseo de corazón que luego de toda esta tragedia, reflexionemos y podamos aplicar todas esas cualidades que tenemos para sacar a nuestro país adelante, pensando en el bien propio y común.
Deseo de corazón que luego de toda esta tragedia, reflexionemos y podamos aplicar todas esas cualidades que tenemos para sacar a nuestro país adelante, pensando en el bien propio y común.
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