Agradecer o no agradecer


Hoy podemos dar las gracias por todas las cosas materiales y visibles que hacen bien, pues son maravillosas ante nuestros ojos y son palpables en nuestro cuerpo. La comida, las frutas, una cama caliente, un baño con agua, entre otras cosas que nos hacen bien. Pero, existe un agradecimiento superior que está encima de las cosas materiales y son aquellas cosas que nos sustentan y tienen mayor motivos para vivir. Esas son el amor, la bondad, la paciencia, la humildad, los dones, el intelecto, los sentimientos, las emociones y todas las demás cosas que a la final son las que nos hacen sentir libres, felices y bien.

    Todo agradecimiento así sean para cuestiones materiales o espirituales, deberían hacerse desde el corazón y con sinceridad, no tanto por los demás o por Alguien, sino por nosotros mismos como seres que tienen la necesidad de evolucionar, avanzar, mejorar y vivir con gratitud.

    Quizás algunos piensen que se debe agradecer aunque no se tenga ganas o no se haga con sinceridad, puesto que no debemos fiarnos siempre del cuerpo ya que puede engañarnos o limitarnos a seguir adelante cuando debemos. Por ejemplo, si debo ir a comprar comida para los niños pequeños en la casa, pero tengo mucho sueño, ¿debería yo limitarme a alimentar a los niños pequeños sólo porque tengo sueño? No lo creo conveniente. Algunas veces debemos dejar de lado lo que nuestro cuerpo fisico siente para transcender y hacer lo que realmente importa hacer. Nisiquiera los animales se dejan limitar por su cuerpo, por ejemplo, un perro callejero herido no dejará de levantarse para buscar comida sólo porque tiene heridas, claro a menos que esa herida sea muy grave y lo impida, pero si observas muchas veces esos animales no se detienen pase lo que pase, tengan lo que tengan, siempre luchan hasta el final, llevándose hasta sus límites.

¿A quién agradecer?

    Hace un tiempo leí un artículo sobre no agradecer a Dios por todo, y estoy de acuerdo con eso. ¿por qué? Porque, hay cosas que tienen que ver con cuestiones del mundo. Las cosas de Dios son aquellas que tienen que ver con nuestra alma, mente y espíritu. Es decir, las cosas que no vemos pero que sabemos que están ahí. Si voy a dar gracias a Dios que sea por el simple hecho de rendirse ante algo superior a todo y que lo sostiene y controla, no porque pensemos que Dios haya hecho esas obras, que muchas veces son meramente humanos.

    Voy a poner un ejemplo. Dos equipos de football creyentes en Dios. Ambos oran sin cesar por días para ganar. Llega el día pero sólo uno gana, y, el ganador da gracias a Dios porque ganó, ¿qué debería pensar el perdedor? ¿que Dios no quiso que ganara porque tenía preferencias? o resignarse y pensar "todo pasa por algo". Yo pienso que todo depende de cómo se quieren ver las cosas y el nivel de conciencia de cada quien. Por ejemplo, si yo gano un juego, no le daría gracias a Dios por haber ganado puesto que fué debido a mi propio esfuerzo, práctica, preparación y voluntad; prefiero darle gracias por cosas que no tienen que ver con el mundo, como por ejemplo, darme la paciencia y sabiduría necesaria para poder llevar a cabo tal hazaña. También, tenemos a las personas que han cruzado nuestros caminos y que de una forma u otra han contribuido a que yo logre mis éxitos.

     A veces pienso que como nada es al azar, igual dando gracias a Dios nos pondría en una situación de rendición y humildad, en caso de que efectivamente el suceso ha sido "planeado" por El por algún motivo.

¿A qué agradecer?
    Podemos agradecer a todo con sinceridad y si nos sentimos convencidos de hacerlo. Si nos sentimos convencidos de hacerlo es porque nuestro nivel de conciencia así lo determinó.  Algunas personas creen que debemos agradecer tanto las cosas que llamamos buenas y las cosas que llamamos malas. Yo pienso que podemos agradecer lo que según nuestro nivel de conciencia lo permita con sinceridad, más adelante veremos si debimos hacerlo o no. Yo pienso que sentir gratitud, -que no es igual que dar las gracias- por las cosas que nos hacen bien es bueno porque muestra dignidad. Aunque eso es fácil. Difícil es estar por ejemplo enfermo y aun sentir gratitud porque son las cosas que no nos gustan las que clasificamos como "malas" y se supone que todo mal no viene de Dios. Y es cierto, sin embargo, si se permite, es porque se está midiendo cuál es nuestro nivel de inteligencia espiritual o nivel de conciencia.
    La gratitud hacia las cosas "buenas" que nos pasan muestra dignidad y la gratitud hacia las cosas "malas" que nos pasan muestra humildad.

    Seamos dignos y humildes, pero sobretodo lo suficientemente sabios para poder saber cuándo estamos haciendo un agradecimiento justo o no. Se entiende por agradecimiento justo a cuando logramos entender desde la conciencia por qué nos suceden las cosas y que dichas cosas están fuera de nuestro control puesto que hemos intentado todo para vencerlo y el agradecimiento injusto sería que no entendamos por qué nos pasa una situación y en vez de buscar la manera de vencerlo nos quedamos en una situación cómoda y de resignación de no hacer nada, perdiendo la oportunidad de un posible crecimiento y avance hacia otro nivel de conciencia.

publicado a la‎(s)‎ 13 sept. 2013 12:49

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