Del infierno al cielo: alcanzar el autodominio


Cuando era niña, en la escuela tenía problemas para hablar en tono moderado o alto. Cuando me tocaba hacer una presentación frente a la clase, era casi imposible que me oyeran, mi voz era muy suave y baja. Los profesores me decían que era imposible que yo logre que me escuchen si seguía así, una vez me preguntaron qué quería ser cuando grande y cuando respondí que maestra, se echaron a reír diciendo que eso no era posible y que aunque practique a desarrollar la voz, jamás podré ser maestra y hablar en público...


Una vez mi ex novio que era cantante dijo que jamás podré ser solista por mi tipo de voz.
Poco a poco empecé a practicar en mi casa a hablar alto y a no mirar a las personas en la cara. Hasta que por fín lo logré. ¿Quién iba a imaginar que esa niña que no se le oía lo que decía y vacilaba al hablar, iba a ser una de las mejores expositoras de su clase y una gran profesora? Desde la adolescencia los halagos por mi maravillosas exposiciones hasta la edad adulta siendo docente no pararon. Incluso he participado en coros como soprano, soprano lírico y en ocasiones como meso-soprano. He llegado hasta imitar la voz de tenores… soy cantante de coros, formadora y directora y, desde la adolescencia he enseñado a cantar a niños y adolescentes.



El autodominio es un poder interior que permite que uno logre cosas grandes mediante la determinación, paciencia y práctica hacia la perfección, que no se alcanza pero se puede llegar cerquita. Lo importante, Rompes obstáculos y barreras.

Como dijo un sacerdote muy sabio (de los pocos):

"Pese a lo difícil que sean nuestras circunstancias, todos podemos esforzarnos por lograr el autodominio. Se lograrán grandes bendiciones de satisfacción personal al hacerlo. El autodominio se relaciona con la espiritualidad, que es la búsqueda primordial de la mortalidad."


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